domingo, 27 de abril de 2014

Frédéric Mistral y la revalorización del occitano

La langue d'oc, conocida actualmente como occitan, es una lengua romance que se extiende por el sur de Francia.
Se forma a partir del latín y de hecho es considerada una de las lenguas romances más próximas al latín, aunque presente también algunos aportes de otros ocupantes del territorio, como celtas, visigodos o incluso árabes.
La lengua oral estaba ya conformada en el siglo IX. Los primeros testimonios escritos aparecerán un par de siglos más tarde, en algunas cartas del siglo XI.

El País de Oc o Pays d'Oc
Comprendía aproximadamente el territorio de 6 regiones (Aquitaine, Midi-Pyrénées, Languedoc-Roussillon, Provence-Alpes-Côte d'Azur, Limousin y Auvergne) y 32 departamentos de la actual Francia, que en total suman unos 13 millones de habitantes en el momento presente.
Al final de la Edad Media comienza a emplearse el término Occitania (Occitanie) para designar este territorio.




Dialectos
En el territorio occitano se distinguen 6 dialectos o variedades de la lengua:
  • Gascon, del cual el aranés sería, a su vez, una subvariante.
  • Languedocien (o lengadocian en occitano).
  • Provençal.
  • Provençal alpin.
  • Limousin (o lemosin en occitano).
  • Auvergnat (o auvernhat en occitano).

Apogeo y declive
En los siglos XII y XIII los trovadores (troubadours), que componían poemas y cantaban al amor y a la mujer, llevaron a lo más alto la literatura en lengua occitana. Se dice que la palabra amour pasó del occitano al francés. Este periodo de esplendor, que influirá en otras culturas europeas (y en la poesía galaico-portuguesa del siglo XIII o en poetas castellanos del siglo XV como el Marqués de Santillana o Juan de Mena), perdurará hasta finales del siglo XIV.
El rey inglés Ricardo Corazón de León (1157-1199) escribió poemas en occitano y Dante (1265-1321) dudó entre el occitano y el italiano para escribir su Divina Comedia, decantándose al final por esta última.
En 1539 se publicó el Edicto de Villiers Cotterets, que impuso el francés en todos los actos públicos del reino. Aunque su seguimiento sea desigual, tuvo dos efectos: puso fin al uso administrativo de la lengua occitana; el occitano fue poco a poco dejando de escribirse, perdiéndose paulatinamente sus normas de ortografía o escritura.
La literatura occitana conocerá otro momento de esplendor en la época barroca (siglos XVI y XVII), con Pey de Garros (1528-1581), Pierre Goudouli (1580-1649) o Guilhèm Adèr (1567-1638), etc., pero en general la lengua escrita occitana emplea ya la grafía francesa.
En el siglo XIX se sigue utilizando el occitano para la comunicación oral, pero en la Administración es despreciado y comienza a denominársele patois, con un sentido despectivo o peyorativo, en oposición al francés culto. Pasa a ser sinónimo de costumbres anticuadas y de incultura. La enseñanza pública ignora sistemáticamente el occitano y su utilización en el ámbito escolar es reprimida para tratar de erradicarlo.


Ricardo Corazón de León y Dante 

 
Frédéric Mistral y el movimiento Félibrige
A mediados del siglo XIX se produjo una reacción, desarrollándose diversos movimientos a favor de la recuperación de la lengua de oc.
En 1854 se creó Félibrige, un movimiento impulsado por Frédéric Mistral (1830-1914), escritor en lengua occitana, cuya obra más conocida es Mirèio (o Mireia), una historia de amor publicada en 1859, que recuerda a la de Romeo y Julieta. En 1904 Mistral obtendría, junto a José de Echegaray, el Premio Nobel de Literatura.
En los años treinta la Société d'Etudes Occitanes restauró, después de más de un siglo, la norma ortográfica para escribir el occitano.
Desde mediados del siglo XX asistimos a la revitalización de la literatura en lengua occitana como René Nelli, Jean Larzac, Jean Boudou, Yves Rouquette, Max Rouquette, Robert Lafont, Bernard Manciet y otros.
En el panorama teatral destacan Claude Alranq o la compañía La Rampe.
En el ámbito de la música y la canción el elenco es muy amplio. En los setenta se dan a conocer Claude Marti, Mans de Breish, Rosina de Peire, etc., a los que más recientemente han ido tomando el relevo los Nadau, Massilia Sound System, Los Fabulos Troubadors, los Dupain, etc.
 
 
Frédéric Mistral


Calandretas
Son escuelas en que la enseñanza se imparte en lengua occitana.

La cruz occitana o Cruz de Toulouse
Es una cruz de 4 brazos con 3 puntas cada uno y alude, por tanto, al número 12, que se considera un símbolo cósmico al que se hace referencia en el Apocalipsis de San Juan. Simboliza el disco solar y, por tanto, se identifica con el culto al sol que ya se practicaba en las civilizaciones más antiguas.
Se cree de origen bizantino y parece que llegó a Provenza en el siglo XI, a través de Italia. Pronto será adoptada por el Conde de Toulouse y su representación en estelas discoidales se extenderá durante los siglos XII y XIII por todo el país de Oc, desde la Aquitania a la Provenza, pasando por Midi-Pyrénées y el Languedoc.
Se ha convertido en marca de identidad de la cultura occitana y de la región del Languedoc, que engloba los departamentos de Hérault, Gard, Aude y Lozère.
 
 
 
 

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